En los últimos años se oye mucho hablar de economía circular, de “reducir, reutilizar y reciclar”, de disminuir la cantidad de desechos aprovechando al máximo las materias primas y los recursos. Y es que la economía circular ha logrado poner en cuestión el sistema económico convencional con su propuesta de un modelo más ético, respetuoso y consciente. Este nuevo paradigma se extiende a otros campos fuera del medioambiental, impactando en las políticas sociales y la economía, donde juega un rol de importancia el marketing retail, por tener un papel relevante en la visión de una economía de sostenibilidad.

El paradigma de la economía circular rehuye del consumo rápido, de usar y tirar, y presenta una realidad y futuro económico basado en el reciclaje, y en hacer que los productos y servicios también tengan valor en su mantenimiento y reutilización; se trata de abogar por la optimización de los materiales y productos para alargar su vida útil. Algunas formas de diseño eco son aquellas en las que el diseño del producto se realiza con un bajo impacto medioambiental durante todo su ciclo de vida. No olvidemos la logística inversa como un medio para conectar el final de la cadena de suministros (devoluciones o residuos) para iniciar una nueva cadena de suministro para convertirlo en materia prima o volver a ponerlo a la venta; Bajo esta filosofía también surgen los modelos de negocio circulares como el alquiler de productos

El marketing retail también introduce en su misión este factor tan importante. A través de una estrategia que contemple el poder reparar, volver el producto o servicio a su estado original, y a la vez aportarle más calidad, para reintroducirlo en la cadena de valor. En este aspecto, son muchas las posibilidades a contemplar desde la perspectiva retail; como, por ejemplo, el diseño de espacios fabricados con materiales reciclables, desmontables y reutilizables, la distribución y transporte sostenible o la fabricación y gestión con el mínimo residuo

El modelo económico actual agota los recursos naturales y manifiesta una gran irresponsabilidad medioambiental. Surge un nuevo sistema económico y social que apuesta por poner en valor la diferenciación, la ética y los valores de las empresas que conviven en sociedad.

En las últimas décadas, hemos visto como el fast fashion ha sido implantado por los gigantes textiles del retail. En ciclos de menos de 3 semanas se diseñan, confeccionan y distribuyen las colecciones de estos colosos. Es un modelo más de obsolescencia programada que psicológicamente nos hace pensar que las prendas que adquirimos unas semanas atrás ya están desfasadas y por lo tanto obsoletas.

En contraposición aparece la moda Circular y con una de sus premisas: la generación de diseños de forma que sea fácil la reparación y el desmontado de las piezas para poder reciclarlo o darle una segunda vida. Otras prácticas son la fabricación con materiales biodegradables o recicables, así como una fabricación con mínimos residuos, y un transporte sostenible. Otro elemento que se añade a la ecuación de la económica circular es la construido de forma 100% sostenible.

De forma muy explícita, las prácticas de la economía circular están presentes en el ámbito de la restauración con prácticas como el consumo de productos locales de temporada a ser posible ecológicos para minimizar la huella de carbono en el transporte y evitar problemas hídricos en cultivos atemporales, o la incorporación de productos sostenibles (pesca, ganado, comercio justo).

La fabricación de componentes en el sector de los electrodomésticos supone un peligro para el medio ambiente ya que contienen materiales peligrosos. A pesar de tratarse de un sector que está en constante y rápida evolución, no evolucionan tan fácilmente en cuestión circular. Este sector se rige por vender barato grandes cantidades sin importar demasiado el ciclo de vida del producto ni su durabilidad. Otras de las dificultades que afronta es el miedo a que la circularidad fagocite sus ventas. Sin embargo, deberían temer a otras compañías competidoras que sí transformen su negocio en circular a un precio asequible. Si a esto le añadimos el coste que supone al principio de pasar de una economía lineal a circular. Una posible solución para el sector sería fabricar productos fáciles de reparar, desmontar y separar para poder ser reutilizadas.

En sectores como el retail de muebles se están implantando algunos programas de economía circular como entregar sus muebles ya utilizados a cambio de un cheque regalo para gastar en la tienda, o las iniciativas para fomentar el alquiler de muebles de oficina, por ejemplo.

Surgen otras iniciativas, como el recommerce o comercio inverso es el trueque o intercambio donde el usuario envía a la marca productos utilizados para ser revendidos a cambio de descuentos para utilizar en productos nuevos. De esta forma los usuarios pueden renovar sus productos y estos continúan con su ciclo de vida.

Es evidente que aun queda un largo recorrido en la implantación de un modelo circular, en materia de economía circular, aunque es patente que la sociedad y las empresas están más concienciadas en el medio ambiente y en la carrera competitiva que se avecina. El futuro comercial pasa por una economía circular exigida por los usuarios y en los entonos normativos.